Cuidado si te toca la lotería.
Cuidado si te cae una herencia de las buenas.
Cuidado si te forras con una app.
Cuidado si atracas un banco.
Cuidado si los reyes te traen una caja llena de iPhones.
Porque a la que menos te lo esperes llegará el sabio y te soltará: “Enhorabuena tío, tienes la vida solucionada”.
La vida solucionada. Como si por defecto estuviera estropeada.
Como si no ser rico fuera una mierda. Y serlo, el objetivo primordial de nuestra existencia.
El dinero es una tirita, y de las de bazar chino.
La vida no se arregla, amigo. La vida se vive.