Me vais a tener que perdonar. Voy a hacer algo que en periodismo -y en la vida- está mal: generalizar. Es cierto, no toda la política ni los políticos son carroña. Pero buena parte sí. Tenemos algunas evidencias: los casos de corrupción, los papeles de Bárcenas, las mentiras del PP… y demás cuestiones oscuras que rodean a la clase política de este país. Por ello, me doy el lujo de colocarlos a todos en el mismo saco. Pero ojo, no sólo vamos a criticarlos a ellos. También a nosotros mismos. Aquí todos tenemos parte de culpa.
«Los políticos siempre hacen lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río».- Nikita Jruschov
Es probable que al oír la palabra política te vengan ganas de apagar la tele. Es algo que muchas personas odian, ignoran o detestan. Les aburre. Nos aburre. Y pasan de ella. Y de ellos. ¿Política? «Ui, política… Yo de política es que no… Son todos unos corruptos». Y a cambiar de canal que dan Mujeres y Hombres y Viceversa.
El problema es grave (porque hoy en día todo es política y porque es algo que nos influye directa o indirectamente). Y la culpa es un poco de todos. Unos por provocar ese aburrimiento y esa sensación de náuseas. Otros por no hacer el esfuerzo de intentar comprender mejor el sistema, por poner muy poco de su parte. Seamos sinceros. ¿Cuántos seguís los plenos de vuestro ayuntamiento, estáis atentos a las sesiones de control en el Congreso o miráis enteras las ruedas de prensa del presidente del gobierno? Bueno en esto último la culpa no es nuestra.
«La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados».- Groucho Marx
Pau Garcia Milà dijo con razón en Torres y Reyes que el principal problema de la mayoría de políticos es que no hablan con pasión. Que no transmiten esa sensación de amar lo que hacen (dirigir el país, solucionar problemas, escuchar a los ciudadanos). En vez de eso, se dedican a soltar ideas que ni ellos creen, obedecer órdenes de partido -por inútiles que parezcan-, criticar a los que opinan lo contrario y a mentir de forma reiterada. Así es imposible que nos enganchen.
No hay nada que queme más que oír como reiteradamente se tiran los platos a la cabeza y discuten entre sí. Quedará para el recuerdo de todos esa conversación -si es que se puede llamar así- entre las portavoces de empleo de PSOE y PP en Salvados. Es la metáfora perfecta. La culpa es siempre del que montó la fiesta, no arregló el desastre posterior y dejó el marrón para el siguiente.
«Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione».-Bernard M. Baruch
No confiamos en los políticos porque la imagen que tenemos de ellos es nefasta. Y esa imagen -dado que raramente habrá gente que interactúe directamente con altos cargos, ministros o presidentes (sí con alcaldes o concejales locales)- la construyen los medios de comunicación. Para bien y para mal. Es ya todo un clásico el periodismo de declaración/contradeclaración, las tertulias políticas con poco fundamento o los debates basados en «el que grite más gana». Todo esa información (a veces desinformación) no hace ningún bien a la política y simplemente genera más frustración.
La política es muy compleja. Es mucho más que partidos políticos, gobiernos y parlamentos. Es todo lo que tiene que ver con la cosa pública, lo son los movimientos sociales o las organizaciones no gubernamentales. Todo lo que implique toma de decisiones con efectos sobre el interés público. Es tan compleja que nadie se pone de acuerdo a la hora de definirla. Yo no recuerdo bien cuando oí por primera vez la palabra política. Pero sí que tardé un buen tiempo en comprender -al menos de forma básica- su significado. Ahí hay, quizás, otro motivo por el cual nos aburra o nos sea pesada.
«La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación».- Robert Louis Stevenson
Para cerrar esta entrada desordenada, caótica y escrita en corazón caliente pero manos frías, quiero ponerme (que os pongáis) en la piel del lobo. Que penséis cómo actuaríais si os dedicarais a la política. Si fuerais uno de esos políticos que tanto criticamos. Qué difícil contentar a todo el mundo, qué difícil tomar las decisiones correctas para todos, qué difícil hacerlo cuando sabes que hay alguien que te vigila desde arriba y que no te deja pasar ni una, qué difícil decir que no cuando te brindan un sobre lleno de dinero, qué difícil dejar el cómodo asiento para que lo ocupe otro. Qué difícil ser político.
Por suerte, como decía al principio, generalizar es un error. Por fortuna, hay políticos como David Fernández (CUP) que no son como la mayoría. Mira esta intervención frente a Rodrigo Rato y verás porqué. Esa es la política que nos engancha. Ahí está la pasión. Qué pena que sólo sea el escaso 1{8c9b915fbf6f12551ffa1b16d89db8faa3555cdde133987868bd62e10645910d}. Y que lástima que al dar lecciones como ésta, le caigan palos del 99{8c9b915fbf6f12551ffa1b16d89db8faa3555cdde133987868bd62e10645910d} restante.
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